Puertas cerradas, ollas vacías y niños en lista de espera para recibir un plato de comida

La suspensión de la asistencia alimentaria por parte del gobierno nacional a los comedores y merenderos ya se hace sentir en la provincia. La última partida alimentaria que se entrego fue a fin de año, correspondiente al mes de noviembre y de ahí no hubo más. Mientras tanto, los chicos no dejan de llegar a pedir comida por eso algunos comedores tuvieron que implementar una lista de espera ya que no pueden cubrir la demanda. Otros lamentablemente tuvieron que cerrar.

La situación es angustiante explicó a nuestro medio Isabel González del FOL durante la masiva movilización del 24, ya que tienen que volver a apelar a la solidaridad de la gente para seguir sosteniendo el comedor porque la provisión de mercadería y carne fue suspendida en noviembre.

“Nosotros venimos asistiendo desde la pandemia a 150 personas, entre niños, mujeres embarazadas, personas discapacitadas y adultos mayores y tenemos una larga lista de espera porque no podemos más, encima la inflación y todas las medidas que perjudican al pueblo trabajador ya están causando efecto en las familias que no pueden sostener la alimentación y en los comedores no tenemos cómo contenerlos porque todos estamos en la misma situación” explicó González.

Por otro lado, el referente provincial de Política Obrera, Iñaki Aldasoro, relato la misma situación para comedores y merenderos en distintos puntos de la provincia que reciben asistencia nacional. “Se cortó en noviembre y probablemente recién se retome en marzo” aclarando que la asistencia provincial dista mucho de ser mejor ya que antes del cambio de gobierno les habían reconocido nuevos comedores, pero al final con el nuevo gobierno se cayeron.

“Nos dieron de baja el comedor y merendero que ya teníamos que intentamos sostener con la ayuda de los vecinos, pero no se puedo”.

Según Aldasoro por el impacto social que está causando que se estén cerrando muchos merenderos y comedores, el gobierno provincial los llamó para retirar mercadería, pero no de manera formal o sea que no saben si los van a asistir todos los meses.

“Evidentemente es una forma de desligarse de una obligación” opinó el ex diputado.

La misma realidad la comparten casi todas las organizaciones sociales y populares que semana a semana se debaten entre adoptar nuevas estrategias de supervivencia o cerrar sus puertas. Igualmente, comparten la incertidumbre de no saber si el gobierno nacional se encuentra en una etapa de diagnóstico y planeación de cómo será el nuevo entramado de distribución o si la asistencia simplemente no volverá.